sábado, septiembre 02, 2006

Pasé por nuestro parque,
aquel que está
a la sombra de un viejo templo.
Nos gusta el pasto de ahí,
está lleno de bichos, si,
y te pican.
No importa,
sigue siendo nuestro parque, ¿verdad?
Ahí empezamos a soñar,
a reflejarnos en nuestras miradas,
a pensar en noches,
medias de red,
vino tinto, cerveza, café
y tango.